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Le Grand Éléphant |
Les Machines de l’île es un proyecto artístico totalmente inédito. Nacido de la imaginación de François Delarozière y Pierre Orefice, se sitúa a medio camino entre los «mundos inventados» de Julio Verne, el universo mecánico de Leonardo da Vinci y la historia industrial de Nantes, en el emplazamiento excepcional de los antiguos astilleros.
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Le Carrousel des Mondes Marins |
Unas sorprendentes máquinas han venido a poblar la Isla de Nantes. Después del Gran Elefante, le toca a una Manta Raya, a una Serpiente de los Mares y a toda clase de embarcaciones increíbles tomar posesión de las orillas del Loira. Estas máquinas fuera de lo común nacen de las manos de los constructores de la compañía La Machine y cobran vida entre las otras Machines de l’île, a la vista del público.
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La Fourmi géante |
Sus idas y venidas entre el taller de construcción y la Galería impulsan el movimiento en el corazón de las antiguas naves Dubigeon, cubriendo a esta isla de un halo de misterio, como en aquellos tiempos en que se botaban buques para todos los viajes del mundo.
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La Branche prototype de l’Arbre aux Hérons |
Mostrar el proceso de creación - Ambos diseñadores también han apostado por mostrar la integridad del proceso de creación, desde los primeros diseños de François Delarozière. Los materiales son brutos y los mecanismos aparentes. Los gestos de los constructores son visibles en todas las esculturas, de acero o madera. La visión del taller de la compañía La Machine complementa esta visita-espectáculo inédita de dimensión lúdica y pedagógica.
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Les Machines |
Una historia relatada por los maquinistas - Los maquinistas están al servicio de las Máquinas, a las cuales van a poner en movimiento y a dar vida, al tiempo que relatan su funcionamiento y su historia. La visita-espectáculo está acompasada por este despertar de las Máquinas que se transforman en animales o en monstruos.
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Les Machines |
Por esta razón, el universo de las Máquinas es idóneo para todas las generaciones y se adapta perfectamente a las salidas familiares y en grupo. No hay separación entre el mundo de los adultos y el de los niños. Los padres no son sólo acompañantes, preocupados por complacer a sus hijos; comparten su viaje y, detrás del animal, descubren la máquina en movimiento.